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La Ciudad de Mis Ojos

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Volcán de San Salvador

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Vista del Volcán de San Salvador.

Santa Tecla, carretera Monseñor Romero, sentido hacia San Salvador.

carretera Volcán de San Salvador

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Niña

Antes, cuando me sentía solo, no me importaba estarlo, no me importa sentirme solo. Nunca he creído que a alguien pueda importarle como se sienta un hombre. No es algo que los demás quieran saber, ¿A quien le puedes decir? ¿A quien pedirle un consejo? Seguro que en este punto podrías pensar que a tu mamá o a tu hermano o hermana con los que más compartiste. Incluso a tu mejor amigo o amiga. ¿Seguro? Lo que sé es que no hay nadie escuchando ahí afuera. Por eso es que tengo muchos monólogos. Me hablo a mi mismo y cuando no hay nadie cerca hasta podría asegurar que me respondo en voz alta. Me he cachado en esa situación. Ahora que me siento solo, solo pienso en ella. Nina. Si algún día lees esto hija. Debes saber que te amo mucho y te extraño mucho. Donde quiera que estés.

El Río del Olvido

Vamos, decía uno de los cinco hombres en esa habitación oscura, iluminada solamente por un foco a un costado que no permitía ver el rostro de todos. H giró la vista a su izquierda, y vio a su hermano mayor, que parecía impasible, absorto en algún pensamiento que le generaba aquella discusión. A su derecha estaban sus otros dos hermanos: el menor y el que le seguía en edad. Al otro lado de ellos estaba G, sentado y con el rostro bien iluminado. Era él quien trataba de convencerlos de llevar a cabo algo que no terminaba de convencerlos. El menos convencido era el hermano menor; quizá por ser el más prudente. G volvió a repetir las palabras: —Vamos a entrar por una puerta que está al costado de la propiedad. Yo tengo la llave. Nadie nos verá entrar—. El Señor Seis tiene cosas de valor ocultas en el sótano. Yo las he visto: hay objetos de oro y plata, libros antiguos e incluso un mapa en un cuadro colgado en la pared. Creo que también deberíamos llevárnoslo; parece valioso. El herman...

Soledad

Hoy, hace una semana que recibí un último beso, que no siento tus brazos, que te tus piernas no caminan conmigo, que tu olor no me acompaña por las noches. que me quedé solo, sin ti. Sin ti, el mundo pierde los colores, un frío invierno habita mi alma. Sin ti, el tiempo se detiene, y solo queda este corazón perdido, sin ti. Me estoy consumiendo por dentro. Mi corazón se resquebraja. Quiero dejar de sentir, no puedo desconectar mi mente y hoy siento el frio invadir mi ser. Sin ti, el mundo pierde los colores, un frío invierno habita mi alma. Sin ti, el tiempo se detiene, y solo queda este corazón perdido, sin ti. Me cambiaste hace mucho, la soledad es la única que no me abandona, lo sé, siempre estuvo ahí para mi. El Sol no será nunca lo mismo sin ti. Sin ti, el mundo pierde los colores, un frío invierno habita mi alma. Sin ti, el tiempo se detiene, y solo queda este corazón perdido, sin ti. Un frío que se adentra en mis huesos y me congela el alma. Soy un cascarón vacío, un fantas...

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