Pérdida



No sé cómo se perdió una parte de mi. No busco ninguna explicación, pero no puedo aceptar que una madre tenga que desprenderse de una parte de si misma. Entregar una parte del corazón, un pedacito de alma, a un ser amado y perderlo. Convivir con alguien a quien le diste la vida y tenerlo toda una vida y de un día para otro, tener una cama vacía, ropa que nadie va usar y un puño recuerdos en la memoria, un corazón roto y vacío. Nadie es culpable, no lo hay, no hay que buscarlo, solo queda aceptar la realidad y enfrentarla, aprender a vivir con el dolor y tratar de sobrellevarlo.

El único consuelo es saber que ya no vas a sufrir, que ya estás descansando, que ahora podrás dormir todo el tiempo, que ya no vas a tener que bañarte si no quieres, que vas usar todos los días la misma ropa si así lo deseas, que nunca más te van a quitar el cabello o la barba.

Se fueron las bromas, los sustos a medias, los abrazos, los masajes, todo se fue, se perdió.

Hasta siempre. Somos polvo de estrellas, siempre estarás con nosotros, lo estuviste desde el principio de todo y lo estarás por siempre y para siempre. Muchas gracias por todos los momentos que me regalaste.



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