Recovecos



Fuiste tu quien decidió esto. Aún guardaba la esperanza de poder seguir, continuar mantenerme a tu lado. No fue así. Entiendo todo. Se que fue mi culpa, nunca quise lastimarte. Y ahora mis brazos ya no te tendrán jamas, mis labios ya no sentirán los tuyos. Ya no podré besar tu cuello, tu espalda, tus orejas.

Era mejor no saberlo, no tenías que decírmelo, ahora volveré a sufrir en silencio, nadie más lo sabrá. No hay a quien contar lo que siento en mi corazón. Seguiré siendo el culpable de tus lágrimas. No puedo perdonarme. Me cuesta tanto olvidarte.

El sueño me abandona y son tus lágrimas las que se apoderan de mis pensamientos, esas que por última vez limpié de tus ojos y mejías. Ahora me siento más sólo, el sufrimiento será lo que me mantenga sintiéndome vivo.

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