Escape del Silencio



Y así como así ya no lo volvieron a ver hasta que un día aquel jinete con corcel negro, regresó al pueblecito de Panchimalco.

El cielo estaba nublado y el cerro Cholul está cubierto completamente por una espesa neblina que llegaba hasta su base, unos niños indígenas que jugaban cerca del Cholul salieron corriendo, asustados, cuando escucharon alaridos de gente, como que corrían detrás suyo, despavoridos, asustados, como si hubieran visto al mismo demonio.

Aquellos niños comenzaron a gritar al compás de los que ahora aparecían en escena, otros indígenas, estos sin siquiera mirar hacia atrás unos aún traían naranjas en sus manos, los otros habían dejado hasta su almuerzo Dios sabe en qué parte ahora del naranjal.

El más pequeño de los niños gritaba llamando a su mamá mientras los demás corrían junto al resto de indígenas.

Otro de los niños llegó corriendo a la iglesia e inmediatamente hizo sonar las campanas, la gente apresurada comenzó a llegar a la iglesia, el niño relataba lo que había pasado, mientras una de las madres buscaba a su hijo.

El niño no aparecía y su madre se angustiaba cada vez más, el papá del niño había muerto hacía unos cuatro años, en aquel día en que el jinete con corcel negro se les escapó.

Los hombres españoles e indígenas estaban organizando la búsqueda del niño. ¡Es imposible que se lo haya llevado! -gritaba uno al resto- ¡Hay que darle cacería a ese jinete con corcel negro! -gritaba otro- y así como así emprendieron la búsqueda del niño.

Uno a uno los españoles e indígenas comenzaron a adentrarse en el bosque del Cholul, sin embargo las horas transcurrían y ninguno de los valientes buscadores lograba dar con el paradero del niño.

Ya estaba oscureciendo, cuando aquellos hombres; españoles e indígenas, fueron dándose cuenta que se estaban quedando solos, mientras se llamaban unos a otros y ninguno se respondía.

El valor con el que habían iniciado la búsqueda se les estaba quedando en el rastro que dejaban tras de sí, cuando anocheció comenzaron a regresar aquellos hombres españoles e indígenas, uno a uno y con las manos vacías.

Mientras la madre de aquel niño, continuaba llorando por su hijo, aquel hijo que por jugar con sus amigos ahora estaba perdido, aquel niño que llamaba a su madre a gritos pero que jamás fue escuchado.

Comentarios

  1. Buen blog, como siempre... pero no te gusta escribir los finales, cierto??? como ke me deja la sensacion de ke la historia sigue y me deja la curiosidad!!!!!
    No puedo esperar ke escribiras para halloween!!! ^_^

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  2. Pues la verdad que me gusta dejar a la imaginación de cada quien lo que sucede después, por otro tengo algo por ahí para Hell-o-win pero ya veré.

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  3. jajajaja me lo imaginé!!! Ok. estaré pendiente!!!

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  4. Una mezcla de El jinete sin cabeza, La aldea y Cuentos de barro... jajaja... Aun asi ta bueno, lo q si, deberias hacer la 2a parte, aunq como siempre no le pongas el final...

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  5. Pues la historia es exactamente la segunda parte de la de "La puerta del Diablo" que Lucho un amigo publico en facebook...

    Por cierto sos la primera que me dice que le gusta que nunca escriba el final de las historias..

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