Maldición- Primera Parte



Entrada y manifestación

Me bajé de mi bicicleta Corsario le baje la pata y la deje frente a mi casa mientras sacaba las llaves de una de las bolsas del pantalón, abrí la puerta, regresé a tomar las cosas que traía: mi libro, una camisa en u na bolsa de color verde de esas que tiene agarradero Entré y puse las cosas en una silla que era la única que tenía en mi casa, luego regrese para llevar hacía dentro mi Corsario la lleve hasta mi habitación. Para dejarla ahí hasta el día de mañana que volvería a ocuparla para ir a mi lugar de trabajo, por unos momentos recordé algunas cosas que había hecho en el trabajo, y pensé que al día siguiente podría revisarlas, muchos problemas y solo pensaba en descansar, me sentía demasiado cansado para querer leer aquel libro «La Abuela» y me propuse solo quitarme el uniforme y usar la ropa que usaba normalmente para estar en casa. Me senté al borde de la cama, desamarre las cintas de los zapatos y los retire de mis pies, me quite el pantalón y la camisa, me puse una calzoneta y agarré las sandalias y me las calcé, luego tome una camisa pero no me la puse, al salir de la habitación apague la luz y fui a sentarme a la sala de estar, donde estaba mi libro y la bolsa con la camisa, tome la bolsa y la lleve a la habitación la tire sobre la cama y regrese a acomodarme en la silla, tome el libro y me dispuse a leer aunque no me sentía con el ánimo suficiente para efectuar una buena lectura, eran cerca de las seis y media de la tarde.

Continué leyendo hasta casi la medía noche haciendo pausas solamente para ir a comprar la cena y para ir al baño en dos ocasiones, en el momento justo que el libro se volvía más interesante, y la abuela ya inerte y sin el palpitar de su corazón; completamente muerta, tomaba la mano del nieto... escuche un ruido bastante fuerte en el techo, justo sobre mí, me levante de la silla de un brinco, por un instante sentí que el corazón se me salía del pecho, y unos instantes después escuche aquel animal que se movía en dirección a mi habitación, escuchaba como se arrastraba en el techo de la casa, me propuse ignorar el ruido y continuar con mi lectura, supuse que había sido algún gato, o una rama que cayó de alguno de los arboles que estaban frente a la casa y que rodaba por el techo, sin embargo no escuche que nada cayera del techo en el suelo del patio. Luego de eso me fue imposible continuar la lectura, me sentía un tanto perturbado por no saber qué era lo que estaba pasando en el techo; aún traté de continuar con la lectura.

Pasados unos diez minutos sentí que estaba durmiéndome en la silla, y me reincorpore para sentarme bien, cuando mis ojos se fijaron en la puerta, esto por un ruido que parecía una corriente de aire, y observe como una serpiente de aproximadamente unos treinta centímetros se colaba por la parte de debajo de la puerta. El movimiento de zigzag hizo que me pusiera de pie inmediatamente, observé a mi alrededor en busca de algo que me sirviera para capturar aquel animal que había llegado sin previo aviso, recordé la bolsa que había tirado en la cama, pero antes de ir por ella debía tener un poco de control sobre el reptil para poder efectuar la captura, por lo que al estar frente a ella tire el libro frente a ella para cortar el paso –se dirigía al baño- pude ver que sacaba su bífida lengua por su trompa, y se quedo quieta por unos instantes, y fue entonces que aproveche para ir por la bolsa, arrugue la camisa al momento de sacarla con frenesí haciendo movimientos oscilatorios de arriba hacia abajo hasta que salió esta de la bolsa, corrí hasta la pared que estaba al costado izquierdo de la puerta y para suerte mía el reptil aun seguía fijo en el mismo lugar que la había dejado unos momentos antes, luego me dispuse a meter la mano dentro de la bolsa e intentar agarrarla, tenía un poco de temor porque no sabía si aquella serpiente era venenosa o no y era claro que corría el riesgo de ser mordido, pensé en los servicios de asistencia médica de la ciudad, uno se encontraba a unos cien metros de mi casa pero por la hora que era, casi la una de la madrugada supuse que aquella unidad de salud estaría cerrada, aun así me arriesgue a ser mordido y tan despacio como pude puse mi mano derecha sobre la serpiente, cerca de la cabeza. ¿Por qué esta tan resbaladiza? –Me pregunte-, al instante en que el reptil intentaba escapar al abrazo que le había efectuado con mi mano, trate de no apretarla mucho porque quería capturarla viva.



Una vez capturado el animal y retenido en aquella bolsa tan delgada, busque un lugar donde poder tenerla, buscaba una especie de jaula, recordé que tenía una cajita de plástico –bastante resistente por cierto-, era transparente en su totalidad, vacié el contenido de la caja en mi cama y me dispuse a hacer que la serpiente se arrastrara hasta la caja por lo que abrí la cajita y puse la bolsa por sobre de esta y la agite hasta que aquel animal bajo a la caja. Unos minutos pasaron y deje de observar con detenimiento aquella serpiente, me encontraba sentado en aquella única silla y estaba observando la caja, la que había colocado sobre la mesa que había usado para cenar unas horas antes, aun tenía un plato y un vaso sobre la mesa, me levante los tome y los lleve al fregadero, los deje ahí, regrese a la sala y recogí el libro que aun estaba en el suelo, trate de continuar con mi lectura, cuando volví a escuchar como aquella cosa que estaba en el techo aun continuaba haciendo de las suyas, emitiendo sonidos por demás tétricos, fue entonces cuando me percate que por lo agitado que me encontraba por la serpiente que había capturado no había reparado en aquellos sonidos que había estado oyendo mientras la capturaba.

Intente ignorar nuevamente aquellos sonidos, pero eran cada vez más fuerte, por un instante sentí que el techo caería con todo lo que estuviera saltando sobre él, abrí nuevamente el libro y comencé a leer en voz alta tratando de ignorar los sonidos, de pronto sentí escalofríos, desde el talón del píe derecho hasta la espalda, se me erizaron los pelos de los brazos, escuchaba como rugía en un tono suave aquella cosa, por unos minutos cesaron los saltos, los rugidos y todo fue paz, tome de la librera otro libro que aun no había leído uno que me había prestado mi jefe El Nombre De La Rosa, y junto al mío los coloque sobre la cajita de plástico, me dispuse a hacer un pequeño registro de la casa, para constatar que todo seguía como antes. Luego de revisar tres habitaciones aparte de la mía, supuse que todo estaba normal, pero aun así no me sentía tranquilo, ya no pude continuar con la lectura y en tres ocasiones tome mi teléfono móvil, y presione las teclas, marcando el número de mi jefe, mas no lo llame, no podía simplemente ir a mi cama así como así, no estaba tranquilo aquellos ruidos fuertes en el techo, los rugidos y casi alaridos de ese animal desconocido no me dejaban descansar, tuve la intención nuevamente de llamar a mi jefe mas sin embargo nuevamente tampoco lo hice, y pase en vela el resto de la noche, escuchando como crujían las laminas del techo, y como aquel animal se arrastraba por todo el techo de la casa, pase lo que restaba de la madrugada con la luz encendida y con el pensamiento y la mirada fija en cada rincón donde escuchaba algún ruido.

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